Según la reciente Encuesta Continua de Hogares realizada por el INE, en España vivimos cada vez más solos. El número de personas que viven solas es un dato que sigue aumentando hasta alcanzar los 4.584.200 individuos, de los cuales el 25% son mayores de 65 años. Se empieza a hablar de la soledad como la enfermedad del S. XXI, y que en los países desarrollados está tomando carácter de pandemia, una pandemia silenciosa pero real.

Si bien es cierto que, en muchos casos, vivir solo es una opción que se ha elegido, también los es que en otros muchos, esta soledad viene impuesta. Es en estos casos cuando llega a convertirse en una amenaza. La soledad no es sólo un sentimiento más o menos doloroso, incide directamente en el deterioro vital, provoca y aumenta situaciones de dependencia y favorece el aislamiento.

La comunidad científica no oculta su preocupación por el aumento de la cantidad de personas solas y su repercusión médico-social, identificando vínculos muy significativos entre la soledad y la enfermedad. La conclusión es que la soledad puede ser letal y que, en todo caso, debería combatirse al menos con el mismo ímpetu con que se lucha contra otro tipo de enfermedades. Porque la soledad no solo afecta a los mayores. El sinhgarismo, las personas con discapacidad en riesgo de exclusión, los enfermos en hospitales…, son también victimas silenciosas de la soledad.

En Desarrollo y Asistencia llevamos 20 años combatiendo la soledad de todos ellos. La compañía que prestan los voluntarios es clave para evitar situaciones de exclusión, dependencia y deterioro; mejoran cuadros depresivos, de ansiedad y angustia; disminuyen las fobias y los miedos; estimulan las capacidades cognitivas y todas sus facultades psíquicas e influye directamente en la mejora de la salud. El voluntariado constituye hoy una herramienta imprescindible en la sociedad a la hora de evitar situación de exclusión y aislamiento.

Actualmente más de 2.000 voluntarios acompañan a más de 40.000 personas a través de los programas de voluntariado que desarrollamos en la ONG. Pero la demanda va en aumento y se necesitan más voluntarios que, con un compromiso de dos horas a la semana, su labor de acompañamiento persona a persona contribuya a la tarea común de procurar una sociedad mejor. Ayúdanos y hazte voluntario.