Abril de 2017. Javier Rosado es voluntario del programa de apoyo a personas sin hogar. Es voluntario sí, pero de esos voluntarios que lo son del todo y hasta el final, que no restan esfuerzos, que comparten lo que tienen, su tiempo y también sus gustos, sus hobbies y su pasión, y la de Javier es correr.
Javier tuvo un buena iniciativa que era totalmente solidaria y en la que se unían esas facetas: voluntario y corredor y la llamó #ZapatillasSolidarias. Consistía en recoger zapatillas y material deportivo para las personas que viven en el Centro de acogida San Isidro. Consiguió más de 400 pares de zapatillas, y en torno a 800 camisetas y pantalones que regaló a los residentes del centro.
Pero Javier pensó en dar un paso más, porque ¿de qué sirve tener ese material si no le damos un uso apropiado? ¿Por qué no dar un paso más y contagiar en aquellos chicos el gusto por el deporte y de paso ayudarles a adquirir rutinas sanas y equilibradas, crear hábitos que sean como una barrera para no caer en otros menos favorables? Y dio ese paso más. Decidió entrenar a todos aquellos que quisieran probar, prepararles para alcanzar un objetivo, entrenarles para una carrera pero sobre todo para la vida.
“El objetivo es que incluyan el deporte en sus rutinas, que sientan la satisfacción de conseguir algo que les ha costado un esfuerzo, y mantenerlos alejados de otros ambientes menos favorables. Que sientan en su ser la felicidad de conseguir algo que cuesta tiempo y esfuerzo, es decir que se auto superen” dice Javier.»
Y empezaron. Cada sábado, Javier está puntual en la puerta del Centro. Le esperan Paco, Courage, Feliciano y otros más. Para ellos no es fácil acudir a esta cita con puntualidad, no es fácil auto exigirse cuando llevan años sin tener que responder ante nadie más que ante uno mismo. Cuando su única batalla es mantenerse vivo a la espera de que algo suceda. Esto lo saben muy bien los voluntarios del programa, por eso Javier quiere sacarles de esa dinámica de sentarse a que la vida pase y convertirlos en sujetos activos de su propia existencia. Les anima, les motiva y empuja mientras el deporte va haciendo su trabajo en ellos.
Poco a poco le van cogiendo el gusto. Su autoestima mejora al ver que están siendo capaces de hacerlo, de proponerse metas y cumplirlas. Y se sienten mucho mejor. Empiezan calentando los músculos y caminan hasta Madrid Rio, un sitio idóneo para salir a correr. Después realizan ejercicios de estiramiento mientras se conciencian de la meta que deben conseguir ese día, un poco más de calentamiento ¡y a correr!.
El primero en apuntarse al proyecto ha sido Paco. Lleva 10 años sin un hogar. Ha pasado gran parte de ellos en situación de calle y desde hace un año vive en el Centro de Acogida San Isidro y se siente feliz, “el deporte me ha ayudado a ordenar los pensamientos, me ayuda a no pensar en otros hábitos menos saludables. Desde que corro estoy llevando una vida más sana. El deporte me da equilibrio tanto físico como emocional, además de enseñarme a ser constante y aprender a luchar por lo que se quiere”.
Después de unas semanas de entrenamiento, Javier les planteo el reto: participar en una carrera de 5 km. De este modo, con un objetivo a la vista, con una meta a la que llegar, sería más fácil mantener esa motivación y sentir después la satisfacción de haberlo logrado.
«La Fundación Real Madrid había organizado una carrera solidaria. Javier habló con la Fundación y consiguió que les regalaran los dorsales para que nuestros usuarios y voluntarios pudieran correr juntos. Solo había que preocuparse de entrenar y prepararse para ese día.»
Y llegó ese día. Estaban nerviosos pero contentos de estar allí, de haber llegado cuando hasta ellos habían dudado de sí mismos. Empezaron corriendo juntos, cerca unos de otros, como necesitando sentir el apoyo de los demás. Pero pronto cada uno cogió su ritmo, corrían solos, sintiéndose fuertes apoyados en la confianza en sí mismos.
Todos llegaron a la meta. Ahora queda continuar y que el deporte llegue a ser un hábito en sus vidas como prevención segura a otro tipo de adicciones que ofrecen satisfacciones inmediatas pero efímeras y dañinas.
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Sobre El Autor: Nadiesolo
Nadiesolo es una Fundación Benéfica que, desde 1995, desarrolla programas de voluntariado para acompañar a personas vulnerables que sufren soledad no deseada por enfermedad, dependencia, discapacidad o por estar en riesgo de exclusión social.
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